En la interacción con lo objetos lo que cuenta es el impacto con su superficie, con su piel material. 
Ya no existe el sistema de ruedecillas de los relojes tradicionales, sino solo Swarch, (es decir, la simulación superficial del reloj tradicional). El mismo proyecto se compromete con el terreno de la superficie, privilegiando problemas  como el impacto visual y las características sensitivas de los materiales y de su "corteza" exterior. 
La calidad de los objetos se define principalmente por sus características epidérmicas y superficiales.

MORACE, Francesco. Contratendencias. Una nueva cultura del consumo. Celeste Ediciones. Madrid. 1993



Blancaranda. Fotografía.
2011

Se plantea aquí una obra renovando los materiales que intervienen en la producción de la misma, de 
manera constante.

Desprovistos estos objetos de uso cotidiano de la frágil vestimenta que constituiría su apariencia externa; pasan a ocupar un espacio imaginario. La luz invade el interior de estas formas vacías advirtiéndonos de que lo que vemos es un espacio aparentemente lleno de objetos pero vacío en realidad. Creemos ver un salón desde el momento mismo que reconocemos las formas de unos sillones y unas cuantas sillas, cuando en realidad lo que estamos percibiendo es la apariencia externa de estos, una fina piel vacía por dentro, hueca y frágil, que alude a su ausencia.

¿Dónde termina el objeto y empieza el desecho? Los desperdicios que nosotros mismos generamos pasan desapercibidos ante nuestros ojos, pero en el momento en que son des- contextualizados o transformados, se hacen visibles.
¿Cómo cambiar la mirada hacia ellos si los encontramos en el mismo lugar en el que provocan nuestro rechazo?.
Más que cambiar la mirada. ¿Cómo activarla?.
Pienso maneras, estrategias para hacer visible.
Intervenir con esos residuos modificados en el lugar donde fueron encontrados: (El paseante que se quiso llevar la silla de desechos). No los veía, nunca los cogía pero en el momento en que son intervenidos, se volvieron interesantes.

     Buscar, encontrar, registrar, recoger, reconstruir, intervenir con esos residuos modificados en el lugar donde fueron encontrados… Acciones que realizo con este proyecto que nació en septiembre de 2010.
En una primera fase, recojo los desechos dividiéndolos en dos grupos: aquellos que no son modificados, intervenidos, reconstruidos; y por otro lado, los que son transformados pasando a ser representaciones de objetos cotidianos, tales como una mesilla, una jarra,una silla, una tele...
     Los objeto-desechos realizados, desprovistos de toda utilidad, huecos y creados con y como basura,  son arrojados de nuevo al lugar dónde fueron encontrados, con la diferencia de que han sido transformados en formas, nos resultan, ahora, más familiares que la amorfía del desecho en sí.
     La experiencia de haber realizado estas acciones me dice que esos mismos desechos que pasaban inadvertidos ante la mirada distraída del paseante, convierten esa indiferencia en al menos curiosidad y al tiempo plantean la cuestión de si son extraños objetos que arrojó la marea, es decir, desechos, o no. Lo cual me lleva a otra cuestión:
  ¿Dónde termina el objeto y empieza el desecho?
  ¿Desde qué momento un producto pierde su identidad para adquirir la del residuo?